
El Pop, fue un movimiento cultural que abarcó todos los campos del arte. Este movimiento surgido a fines de los 50’s del siglo pasado, surge al unísono en los Estados Unidos y Gran Bretaña y, rápidamente, se extiende por el mundo entero. Los campos en los que mayor incidencia ha tenido desde su surgimiento, son la música y la danza, y en este último género se ha forjado una serie de figuras icónicas que han dejado profunda huella en el arte. El destacado bailarín y coreógrafo David Lizarraga Zozaya, aglutinó a un amplio grupo de bailarines, actores, mimos, músicos y cantantes, para que, en un amplio conjunto, presentaran todos juntos, un multifacético espectáculo coreográfico y musical de primer nivel. El excelente espectáculo, materialmente abarrotó el amplio foro del Teatro “Armando Manzanero” de nuestra ciudad. “The Show Must Go On” (La Función debe continuar) fue el título del espectáculo que, por hora y media, mantuvo cautivo y fascinado a un respetable que estalló en sonoras ovaciones al final de cada número.
El espectáculo de David, fue el contexto para rendir homenaje a tres grandes figuras del Pop de carácter universal: Madonna Louise Ciccone, conocida simplemente como Madonna; Michael Jackson; y el famoso quinteto británico “Queen”, en especial a su genial vocalista Freddie Mercury. David engalanó con su espectáculo la graduación de las alumnas de la Academia Municipal de Danza Contemporánea, quienes formaron los cuerpos de baile de las diferentes estampas y coreografías. En la dirección general del espectáculo, David compartió créditos con la maestra Vanessa Gasque Espinosa. Tuvo también una muy destacada participación la troupé de danzantes de Jip Jop “Danjo”. El destacado y versátil cantante Javier Alcalá y su grupo musical, fueron los encargados de llenar con música viva el tercer cuadro del espectáculo, el dedicado a Queen. Debemos destacar algunas participaciones individuales, como las de Anelle Sacramento, caracterizando a Madonna; el gran actor y bailarín Tony Baeza, como Michael Jackson; y el pequeño mimo, Gibrán Carballo Castillo, que supo emular, y muy bien, por cierto, a figuras del Teatro del Silencio, como Marcel Marceau o el mexicano Mir Suárez.


El musical estuvo dividido en tres estampas. La primera de ellas fue la dedicada a Madonna. La inicia como solista Anelle Sacramento, representando a la diva del Pop, quien cantó y bailó, sola y con acompañantes. Salta a escena un gran grupo de Tap, brillantemente ataviado de rojo. Este grupo destacó en la uniformidad de su coreografía y la precisión de los sonidos de sus puntas y tacones, indispensables para lograr el efecto que da nombre al género: Tap, que es una onomatopeya. El número central de esta estampa lo constituyó la pareja integrada por el propio David, con la maestra Vanessa Gasque Espinosa, quienes nos regalaron una delicada estampa de danza. En seguida, saltan al escenario una amplia caravana de porristas, con unas enormes motas en fucsia, que ejecutaron evoluciones muy ágiles y precisas, de gran lucimiento, que cerraron la estampa.

La segunda estampa fue la dedicada al Rey del Pop, el gran bailarín norteamericano Michael Jackson, quien se iniciara desde la infancia como integrante del grupo “Jackson Brothers”, y que luego, como solista, lograra una gran fama universal. Unas notas de “Triller” nos anuncian el inicio de la estampa, y salta a escena, tan bien caracterizado que no lo identificamos, el gran actor y bailarín Tony Baeza, quien desarrolla unas ágiles y magistrales evoluciones de “Break Dance”, a él se une el grupo de Jip Jop “Danjo”, que llenan el escenario de una acrobática agilidad de gran calidad. Un grupo de chicas, ataviadas como Jackson, se une al grupo y desarrollan todos juntos una ágil coreografía muy lucida. La estampa transita a una forma delicada, el teatro del silencio, que nos llega a través de la precisa actuación de un pequeño mimo, que no tiene nada que envidiarles a los grandes, pues lo hace magistralmente. Gibrán Carballo desarrolla una delicada rutina, y se le une la pequeña Karly Vallado, que viene a completar la estampa con gran propiedad. A Tony Baeza se une ahora un grupo de danza con tumbadoras, que desarrollan lucida coreografía, a la que se une de nuevo el grupo de Jip Jop, y así culmina la segunda estampa.
Las notas de “Mama Mía” nos anuncian el inicio de la tercera estampa, ésta dedicada al quinteto “Queen”. Es el versátil cantante Javier Alcalá, con su grupo musical, quienes ponen la música viva para esta última parte del brillante espectáculo. Calificamos a Javier Alcalá como un cantante versátil, pues lo hemos visto como un gran intérprete de baladas, de boleros, incluso con la Orquesta Típica Yucalpetén, y ahora lo vemos como un buen émulo de Freddie Mercury. La estampa estuvo constituida por un variado popurrí de Queen, que incluyó éxitos como: Mama Mía, We Will Rock You, Somebody to Love y, finalmente, We Are the Champions. El escenario se va llenando de varios grupos, incluido el de Jip Jop, ataviados de forma casual, para desarrollar una riquísima estampa de cultura callejera urbana, con una emotiva riqueza coreográfica. El entusiasmo estalla al sonar las emotivas notas de We Are the Champions, que lleva a la culminación del espectáculo. Un fin de fiesta de altos vuelos, para un festival que ha lucido de principio a fin.
La sala, pletórica de gente, estalla en una tremenda ovación, sonora y de pie, con sonoros gritos de ¡Bravo!
Pocas veces hemos visto el amplio foro del Teatro Armando Manzanero lleno a plenitud, como esta noche del lunes 2 de agosto. Y el multicéfalo salió de la sala muy complacido, pues pocas veces gozamos de un espectáculo tan completo y de tan buena calidad.
Excelente narrativa de nuestro buen amigo el Mtro Ariel Aviles Marin destacando el trabajo que coordino el MtrobDavid Lizarraga Zozaya Enhorabuena por este tipo de arte que es ensalzado por el talento de nuestros artistas yucatecos