
Comenzaré por precisar que tengo escasa apetencia por los libros viejos o antiguos y que los pocos que poseo responden al hecho de que no pude encontrar ediciones recientes sobre temas de mi interés. La mayoría de los que poseo los compré cuando en las décadas de los ochenta y noventa viajaba periódicamente a la capital del país por cuestiones de trabajo y me daba un tiempo para visitar la antigua Librería Robredo y Editorial Botas, entre otras. Los restantes han sido obsequios de amigos.
Recientemente redescubrí en mi biblioteca En defensa de lo usado y otros ensayos de Salvador Novo, publicado por Editorial Polis en 1938. No estoy seguro, pero sospecho que lo debo a la generosidad del poeta y amigo Roger Campos Munguía.
En sus 190 páginas esta obra incluye 21 ensayos: En Defensa de lo Usado / Soledad y Matrimonio / Meditaciones sobre el Radio / Nuestra Ciudad Mía / Los Mercados / Acerca de los Policías / Apostillas Policiacas / Sobre el Placer Infinito de Matar muchas Moscas / Usted no Necesita Morirse para Ganar / Calvicie / Sobre la H / De la Utilización de los Libros / Literatura del Pueblo / Contra las Fábulas Literarias / Salvador Estaba Inmóvil / El Arte de la Fotografía / Lujo y Miseria de la Ilustración / Oficio y Beneficio / Animales en Nosotros / Los Mexicanos las Prefieren Gordas y Los Pájaros en la Poesía.
Como casi todos los libros de Novo, este también rezuma erudición, creatividad, agudeza, humor, picardía, anti-solemnidad, unas cuantas dosis de revitalizante mala leche y, como resulta obvio, abarca un amplio abanico de temas.
En esta entrega quiero referirme al penúltimo ensayo. Novo comienza por apuntar que la obsesión de las mexicanas por la figura ideal tiene su origen en la influencia del cine norteamericano, entre otros factores. Añade que, en su afán de conquistar la delgadez permanente, nuestras mujeres ayunan, se someten a masajes, llevan a cabo caminatas, hacen sentadillas, se abstienen de comer dulces y tomar agua, consumen alimentos sin sal, toman sustancias químicas (en esa época grajeas de tiroidina), etc., pero…
[…] Alcanzada la meta que registra la báscula, el espíritu se relaja, las enchiladas suizas –llamadas así por más que en Suiza no las conozcan, en virtud de la crema que las decora—están riquísimas, y los oleajes adiposos reanudan su pleamar. O bien la paciente era soltera: y el matrimonio empieza a desbordar, con su dicha, sus caderas y su papada […] (p. 172)
Novo pide no hacer caso de las opiniones de extranjeros que prefieren la compañía de flacas, que más bien parecen momias, (como Aldous Huxley, que comparó a unas pletóricas jóvenes mexicanas con unos toros), pues los mexicanos, como lo evidencian campesinos, obreros y soldados, tienen un impulso irrefrenable de enamorarse de “las camaradas más rollizas y muelles”.
[…] Las mujeres que en nuestra historia han registrado más numerosos éxitos amorosos no han pesado nunca menos de doscientas libras, cuando ha habido básculas en que verificarlo. Al fuego juvenil y adiposo de la Tetrazzini opone nuestro recuerdo el de Ángela Peralta, el ruiseñor mexicano con hábitos de gallina y voz de soprano absoluta, que se casó tres veces –lo cual ya es mucho entre nosotros-. Una de las razones por las cuales Carlota no cayó bien en la sociedad mexicana era su esbeltez, y el hecho de que, a diferencia de las damas aristocráticas de su tiempo, tomaba solamente té, cuando ellas ponían grandes tazas de chocolate, que engorda tanto, entre el aprieto de su corset. Y, ya lo vimos, su esbeltez la condujo a desastrado fin. Maximiliano se mexicanizó en tal forma que se enamoró de una rolliza campesina; a tal grado se mexicanizó que lo mataron los mexicanos. Y Carlota adelgazó tanto que, ya lo vimos, se volvió loca […] (p. 175)
El afamado cronista de la ciudad de México comenta que las huríes de la corte de Moctezuma seguramente eran gordas y que la personalidad exuberante de doña Malinche quizá contribuyó a que Hernán Cortés se fijara en ella. Novo pasa entonces a vincular el estilo arquitectónico con el tipo de cuerpo femenino:
[…] Esas viejas y amplias casas de piedra que las esbeltas turistas americanas gustan de visitar en el encantador México Viejo, eran ocupadas por matronas perezosas y robustas. Una de ellas, Josefa Ortiz de Domínguez, que usaba mantilla española y papada, ayudó a Hidalgo a obtener para nosotros la independencia de España en 1810. Ahora viven allí, en esos delgados departamentos que son nuestra idea de los rascacielos, las muchachas que guardan un irremisible aire de familia con estas “Machines a vivre” que son las casas modernas, altas y de líneas escuetas. Nos dejamos arrastrar sin reparo por una corriente industrial y extranjerizante […] (p. 179)
Luego de citar a pintores y obras famosas que representaron a las mujeres con sus adiposidades, Novo concluye que cuando descubrimos a celebridades delgadas, como Lupe Vélez y Dolores del Río, por ejemplo, las exportamos rápidamente, pues de plano los mexicanos las preferimos gordas.
Es altamente probable que ahora que está en circulación el término Gordofobia, las aseveraciones y conjeturas de Novo parezcan políticamente incorrectas, por decir lo menos, aunque vale la pena estar alertas para no caer en anacronismo. Pero he aquí que también habría que acuñar el sustantivo opuesto, Gordofilia, pues existe en nuestro país toda una corriente político-artística, en la que participan colectivas, como Las Gordiamigas, que desafían el modelo dominante de belleza occidental –rubia, de ojos azules y delgada—y reivindican su complexión robusta, así como su color de piel. Actualmente Patricia Aridjis presenta la exposición “Mujeres de peso” en el Centro de la Imagen, compuesta “por una selección de retratos de mujeres que muestran cuerpos reales que cuestionan el delgadocentrismo que nos ha hecho creer que la delgadez es sinónimo de belleza y que invisibiliza la diversidad corporal en esa estereotipación del cuerpo”.
En otras palabras, estamos ante una añeja discusión que permanecerá abierta hasta que no nos liberamos de la angustia inducida social y artificialmente por la publicidad consumista.
Referencia
https://centrodelaimagen.cultura.gob.mx/exposiciones/2022/Mujeres_de_peso.html