Mas allá de los intereses políticos y personales, la ciudad de Mérida requiere hoy más que nunca de una visión exclusivamente técnica para garantizar un futuro competitivo. Hoy en día la sociedad meridana enfrenta grandes temas como lo son la contingencia sanitaria, los efectos del cambio climático y los desafíos económicos, los cuales serán los robustos pilares que habrá que ir sobrellevando para los próximos años en esta ciudad de más de un millón de habitantes y con una fuerte expansión urbana.
Cabe destacar que el Instituto Mexicano para la Competitividad de México (IMCO) tituló a su informe del 2012[1] con lo siguiente: “El municipio: una institución diseñada para el fracaso. Propuestas para la gestión profesional de las ciudades”. Básicamente se identificaron dos temas prioritarios para la presente reflexión. El primero hacía referencia a que el periodo de gobierno de tres años para un alcalde resultaba insuficiente para poder cumplir con los objetivos que una ciudad demanda, así como para tener la visión a largo plazo de cada uno de sus proyectos estratégicos.
De igual manera hay que tomar en cuenta que en ese momento no existía la reelección, y, por lo tanto, el periodo efectivo de gobierno se veía reducido en el mejor de los casos a dos años, considerando que los primeros seis meses son para adaptarse a un presupuesto determinado por el alcalde que le antecedió, así como para conformar a su equipo de trabajo y con ello iniciar la curva de aprendizaje más cara que se tiene en México.
Todos aquellos funcionarios que por primera vez se hacen cargo de alguna Dirección o dependencia de gobierno, de la noche a la mañana tienen que asumir una responsabilidad inconmensurable en la función pública, que deben de amalgamar con su experiencia previa y a su vez, tienen que diferenciar entre lo que se les sugiere como “trabajo político” del “trabajo meramente técnico”.
Asimismo, en el último año de la gestión municipal, las piezas y los intereses políticos se empiezan a agitar, para preparar lo que podría ser la siguiente posición, por lo tanto, ese lapso también tiene sus impactos en la corta administración de 3 años. Para ello el IMCO precisaba que era prioritario cambiar el esquema jurídico para que los alcaldes pudieran reelegirse una sola vez, y con ello, darle continuidad al proyecto y, sobre todo, capitalizar la experiencia ganada entre sus colaboradores.
El segundo aspecto se refiere a la figura del “Administrador de la Ciudad”, el cual no tiene aspiraciones políticas, pero cuenta con las habilidades y las competencias para poder armar equipos de trabajo altamente efectivos, así como dar respuesta a problemas complejos de la ciudad y de igual manera, para poder presentarle al Alcalde de manera ejecutiva las mejores opciones para resolver tales problemáticas en el corto, mediano y largo plazo.
Este personaje tiene la posibilidad de trascender entre administraciones, toda vez que su desempeño es de alto nivel estratégico y meramente técnico. Es decir, cualquier alcalde sin importar el partido político, debería sentirse seguro de trabajar con él. Y de igual manera, la sociedad en general deposita su confianza en esta figura, porque garantiza que el trabajo técnico siempre tendrá más peso que el que pudiera tener el de los intereses particulares.
Tomando en cuenta estas dos cuestiones y aprovechando que el tema de la reelección de alcaldes ya es un hecho para nuestro país derivado de una reforma constitucional aprobada en 2014, habría que tomar con seriedad esta posibilidad para Mérida, toda vez que ya hay un camino recorrido que se puede capitalizar en una segunda vuelta con la experiencia desarrollada no solo del alcalde en turno, sino de todo su gabinete.
Del cual se desprenden dos figuras claves para darle rumbo a la ciudad en cuestiones de inmediatez, así como en aquellas con impacto a largo plazo. El Secretario de la Comuna y el Director del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN) podrían articularse para funcionar en lo que el IMCO sugiere como el “Administrador de la Ciudad”, considerando que son actores claves para que el Alcalde se apoye en una sólida estructura para poder cumplir los objetivos de Mérida con visión 2040, al mismo tiempo que se enfrentan los vaivenes cotidianos.
Cabe destacar que a la actual administración le tocaron al mismo tiempo los temas más difíciles de la historia que le pudieron haber acontecido a una ciudad y que he señalado al inicio de esta reflexión, la contingencia sanitaria, los efectos del cambio climático y los desafíos económicos y como consecuencia, habría que capitalizar esta experiencia y ser totalmente pragmáticos, toda vez que Mérida necesita dar respuestas técnicas y sustentadas, y por lo tanto, no hay tiempo para experimentos políticos y a cambio de ello, sí se puede apretar y afinar la marcha con la reelección.
Por: Dra. en Arq. Yolanda Fernández Martínez, Directora de Habitar y más
[1] https://imco.org.mx/el_municipio_una_institucion_disenada_para_el_fracaso_indice_de_competitivi/