Yucatán

La sana distancia y el Circuito Enlace en el Centro Histórico de Mérida para personas en estado de vulnerabilidad

Esta semana se incorporó el Circuito Enlace al Plan de Mejora de Movilidad Urbana del Centro Histórico de Mérida. Consiste en 10 camionetas tipo Van para transportar gratuitamente a personas en alguna situación de vulnerabilidad, como discapacidad, tercera edad y mujeres embarazadas que requieran desplazarse entre los paraderos. Toda vez que, con el reciente Plan de Mejora de Movilidad Urbana, los paraderos han sido expulsados hacia los centros de barrios y las personas se ven obligadas a caminar hasta 9 cuadras para tomar el siguiente camión, ya sea en el sentido norte-sur u oriente-poniente.

De tal manera, que con estas 10 camionetas que están funcionando en horarios establecidos, se espera atender a las personas con vulnerabilidad para llevarlas de un extremo a otro y apoyarlas en sus desplazamientos.

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Sin embargo, lo que siempre falta son los datos duros para poder evaluar y tener parámetros que nos expliquen por qué se toman determinadas decisiones. Es decir, a estas alturas y después de más de 4 décadas de estar “sobre-diagnosticando” el tema del transporte público en el centro histórico de Mérida, ya deberíamos tener cifras detalladas sobre el perfil y las necesidades de los miles de personas que transbordan diariamente, para que con ello se tenga claridad sobre las mejores opciones de transporte entre paraderos.

Si bien, el objetivo principal para expulsar los paraderos hacia los barrios fue el de guardar la sana distancia, queda entonces pendiente cómo se justifica esta prioridad en el uso de las 10 camionetas que conforman el Circuito Enlace. Asimismo, habría que dar datos sobre cuál es la capacidad de traslado de este sistema de transporte gratuito y, sobre todo, ¿qué pasa con toda esa población que queda desatendida?

Sería interesante conocer sobre otras opciones de transporte que permitan tres cosas fundamentales. Primero que nada, la sana distancia entre los pasajeros. En segundo lugar, la importancia de que los usuarios tengan ventilación natural y suficiente, según lo recomiendan los protocolos internacionales de salud. Y, en tercer lugar, que este beneficio aplique para toda la población que lo requiera, sin que los que se encuentran en estado de vulnerabilidad pierdan sus espacios de prioridad.

Desde esta perspectiva, se requiere que las acciones para mejorar las condiciones de movilidad urbana en el Centro Histórico sean integrales, sustentables y tengan alto impacto en el beneficio social. Un sistema de transporte eléctrico con ventilación natural y con vagones articulados, tipo tren, podría desplazar más gente y ser menos costoso, sí se establecieran alianzas estratégicas con el sector empresarial.

En consecuencia, se requieren datos duros, cifras que nos expliquen las razones que sustentan las decisiones sobre las políticas públicas de la movilidad urbana. Sólo así podremos tener parámetros sobre qué es lo que se tiene que mejorar. De lo contrario, seguimos haciendo cosas con buenas intenciones pero que son superadas por la por histórica deuda social se tiene en términos de movilidad urbana y la ausencia de visión a largo plazo. Es decir, entre un pasado que viene como bola de nieve y el no tener claridad sobre cómo resolver desde ahora lo que nos depara el futuro, la movilidad urbana se convierte en el reto más desafiante para Mérida, dentro y fuera de su Centro Histórico.

Por: Dra. en Arq. Yolanda Fernández Martínez

Directora de Habitar y más

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