
Las palabras que encabezan este trabajo las expresó la española Rebeca Ruiz y tienen coincidencia con el reconocimiento que se le ha hecho a nuestra sociedad como una de las más pacificas de México, nada más que para Rebeca esa realidad fue palpada hace seis años, cuando estuvo por primera vez entre nosotros, buscando una experiencia religiosa del mejor tipo; buscando una relación íntima con Dios, que al fin encontró porque pertenece a una comunidad de seguidores de Cristo en la que ven en El, la mejor forma de entender al ser humano y todas su derivaciones, como el hacer teatral, al cual se dedica.
Hizo a Mérida una primera visita, y aunque tuvo el inevitable shock cultural, algo la satisfizo, era una manera más honesta de asumir la espiritualidad, porque esa, es una piedra angular en su vida que ya lleva 41 años de desenvolvimiento humano y profesional, y ese punto resulta paradigmático, pues es actriz y uno se pensaría que las asuntos vitales le vendrían más dispendiosos. Todo lo contrario. Tiene una perspectiva muy positiva del trabajo teatral y la entrega espiritual (traer a la mente, en este momento a Santa Teresa de Jesús). Con ello, acepta trabajos de toda vertiente, aunque no todos coincidan con su ideología espiritual, esa que tampoco trasvasa a los escenarios cuando piensa en una producción, dirección o actuación teatral.

Lleva viviendo en Mérida, seis años. Al principio era como una turista con proyecto de actriz y en este momento la identidad yucatanense la ha cubierto a tal punto que cuando visita a sus familiares en España, siente extrañeza de la tierra esta que ya es de ella. Sus familiares, en buena onda, le dicen “hablas chistoso, ya no hablas como española”. “A veces hablo como yucatanense, lo sé, pero…¿Y?”
Actualmente está trabajando en “El Grito en el Cielo”, de Eusebio Calonge y tiene un proyecto con Erika Torres, llamado El Sombrerón. “Erika, lo va a dirigir”.
Rebeca ha trabajado en el Centro Cultural Catalán, la UADY y estudió la Maestría de Dirección de Escena en la ESAY. Ante esta realidad, debe tener una visión clara del acontecer teatral de nuestra ciudad. Eso me hace realizar una pregunta obligatoria: “el panorama cultural nuestro, te gusta? “¡No, del todo!”
Por Víctor Salas